Si sois papás de niños mayores, seguro que os habréis enfrentado a una situación de traumatismo dental, y es que las caídas o fracturas de dientes en niños, sobre todo de aquellos más activos, es muy frecuente. Ante esta situación, lo primordial es mantener la calma y actuar lo antes posible, ya que solo así conseguiremos conservar las piezas dentales afectadas.
Muchos dientes definitivos pueden ser salvados si sabemos cómo actuar en cada caso. Si sois papás, mamás, profesores o cuidadores de los niños, este artículo está pensado para vosotros, para que conozcáis los tipos de traumatismos dentales más comunes y sepáis qué hacer en cada caso.
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La forma de actuar ante un diente fracturado dependerá de la profundidad del daño. Las fracturas pueden ser de esmalte, de dentina sin daño en la pulpa o con afectación pulpar. Para su valoración, lo mejor será acudir cuanto antes a una clínica dental para estimar los daños y actuar cuanto antes.
Las fracturas de esmalte y/o dentina serán las más leves, en caso de afectar también a la pulpa, habrá que hacer un tratamiento endodóntico para disminuir los daños y que el diente permanezca en boca.
Si por la caída o golpe el diente sale expulsado de la boca (diente avulsionado), la actuación de los padres, profesores o monitores que se encuentren con los niños ha de ser lo más rápida posible.
En el momento, es posible que no se recuerden ninguno de estos datos por el nerviosismo provocado. Por ello, lo mejor será hacer una llamada telefónica a tu clínica dental de referencia para que te vayan indicando los pasos a seguir.
Antes hemos hablado de la posibilidad de salvar dientes definitivos, que han de permanecer en la boca toda la vida. Sin embargo, en niños más pequeños que aún tienen dentición temporal o llamados también “de leche” actuaremos de la siguiente manera.
Lo recomendable es no recolocar de nuevo el diente temporal en el espacio que ha quedado libre ya que al introducirlo en el espacio de la encía (alveolo) se puede dañar el diente definitivo (ya que el germen de los dientes definitivos se encuentran por debajo de los dientes de leche).
En la gran mayoría de los casos, el hueco quedará libre y el odontólogo determinará si es necesario poner un mantenedor de espacio o esperar a la erupción del diente permanente. Esto dependerá de la edad dental del niño y de su tipo de oclusión.
Los traumatismos no siempre provocan una fractura o una avulsión, si no que pueden darse otros cuadros clínicos.
Es muy común que el diente se intruya por un golpe hacia dentro de la encía y que prácticamente no se observe la corona del diente. En este caso, es mucho más peligroso que el diente intruído sea temporal (de leche) ya que puede afectar a la corona del diente definitivo y a su correcta erupción. Si no hay afectación del diente definitivo, en muchos casos hay una reerupción espontánea. Si no es el caso se puede plantear un recolocamiento o un tratamiento con ortodoncia para recolocar el diente intruído.
Si el diente es definitivo, se valorará la mejor manera de recolocarlo en su posición correcta en la arcada.
En el lado opuesto, nos encontraríamos con la extrusión, la salida de parte del diente del alveolo, sin producir una avulsión total. Entonces, habrá que recolocar el diente en su posición y fijarlo a través de una férula durante unas semanas para que el tejido que lo rodea se recupere y pueda permanecer en boca. En los dientes temporales se tendrá que ir con mucho cuidado para no afectar al germen del permanente.
Por último, os dejamos un cartel que de forma gráfica resume los pasos más importantes a seguir en cada caso. Salvar el diente de un niño es posible siempre que se actúe con calma y de forma adecuada, ¡esperamos que estos consejos os ayuden a estar más preparados!